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miércoles, 22 de noviembre de 2023

Universidad Sinergia y Derechos Humano. Dante Pino

 *UNIVERSIDAD, SINERGIA Y DERECHOS  HUMANOS. 

En diversas reuniones de miembros de la comunidad universitaria, en las que han estado presentes profesores, estudiantes, egresados, empleados, obreros y personas de la ciudad se ha dicho, con reiteración, que la Universidad de Los Andes debe fortalecer el tema de la comunicación empática, de la integración y participación de todos, sin discriminación, por cuanto tal práctica sería la estrategia apropiada en orden a la superación de las dificultades existentes, porque esa es la *Universidad Necesaria*, la que está llamada a renacer, a poner en vigor lo que acertadamente ha dicho el Dr. Víctor Molina: “hay que hacer sinergia”, lo cual no es otra cosa que:

*la “Acción conjunta de varios órganos en la realización de una función”, tal y como es definida por el diccionario de la lengua española, así como correctamente lo define el mundo de la gerencia, al referir que la sinergia “consiste en la suma de los esfuerzos de organizaciones o de personas, con el fin de alcanzar un objetivo común…la sinergia permite establecer relaciones en las que todos ganan a partir del trabajo conjunto.*

La ULA está llamada a hacer sinergia, y en el caso de los derechos fundamentales de la persona humana lo ha venido practicando ejemplarmente a través del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODHULA). 

Ciertamente, los derechos fundamentales de la persona humana han sido conculcados, irrespetados, violados y vulnerados sistemáticamente en Venezuela y en distintas partes del mundo. Entre esos están los relacionados con la educación, con la información, con la libertad de expresión y con el pensamiento; muchas veces, por pensar distinto o sólo por pensar, la persona es privada de libertad o es etiquetada y descalificada. 

Comienza en nosotros la defensa de esos derechos cuando hacemos del respeto al otro una práctica esencial. La psiquis de todo atropellador, de un autócrata, de un sojuzgador, es la psiquis de quien desprecia al prójimo. No olvidemos que los griegos llamaban al alma "ψυχή, psyché, alma humana", de allí derivó a la frase que hoy usamos para referirnos a la mente, de modo que esta última de algún modo refleja el alma. 

Por ello, encontramos que la mente y el alma del racista, del opresor, del tirano, del xenófobo, del maltratador, etc. son una misma cosa, están amalgamadas, por eso su praxis es la del ultrajador, la del que viola todos los derechos, la del que viola y niega el Derecho a la Salud, el derecho al Debido Proceso, a la Presunción de Inocencia, el Derecho a la Educación ( que no es igual a adoctrinamiento), el Derecho de los Pueblos Indígenas, el Derecho a un Medio Ambiente Sano, el Derecho a la Libertad, el Derecho al Trabajo Decente y, así, un largo listado de los derechos esenciales a la dignidad humana.

Considero que la gran revolución, evolución o transformación (llamémosla como sea) tiene que darse en cada uno de nosotros, en cada ser, en su esencia como individuo, en su cultura, en su visión del mundo, visión que se construye con la conciencia de amar y saberse amado, de servir y saberse servido, de bendecir con su modo de obrar (bendecir: del latín benedicere, loar, decir bien, evocar a favor del prójimo, enaltecer). La Ley de Universidades vigente, en su artículo 4, establece muy claramente que:

*“La enseñanza universitaria se inspirará en un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, y estará abierta a todas las corrientes del pensamiento universal, las cuales se expondrán y analizarán de manera rigurosamente científica”.

Por otra parte, pienso que la urgencia está en la necesidad de construir y crear cultura rica en humanidad, hecha de todo aquello que esté dotado de sentido y propósito. Por consiguiente, Invito a que, por ejemplo, materialicemos la parte Dogmática de la Constitución vigente en Venezuela, la cual se encuentra hoy afectada por una sombra que intenta ocultarla, invisibilizarla. Bastante curioso, por cierto, que ayer unos cuantos llamaban a votar contra ella y hoy otros tantos la irrespetan, la violan, la desconocen; sin embrago, la mayoría la invoca y la defiende a pesar de los extremistas, de los protagonistas de un cepo que, en todos los órdenes, alimenta los conflictos y la vulneración de la dignidad humana. 

Frente a eso no nos queda otra cosa que recogernos las mangas, remangarnos, y, contra los obstáculos, emprender la marcha y disponernos a cambiar todo lo negativo y todo aquello que nos lastima como seres humanos. De allí que el tema de los Derechos Humanos, como tantos otros de supremo interés académico, debe estar en el conjunto de nuestra institución, en las relaciones entre universitarios, en las relaciones profesor-alumno, en los distintos programas de estudio, en los seminarios, en los diplomados y en los postgrados que ofrece la institución. Entendamos que tal cosa debe ser parte de la estrategia para la Universidad Necesaria, para su renacer y para permitir que el progreso de la nación encuentre en su mensaje orientador el predicamento que nos conduzca a la toma de la Conciencia Superior acerca de lo que Fabio Villegas ha expresado cuando nos indica que la “dignidad del ser humano” tiene un “valor único e irrepetible”.

La Ciencia que se desea. Dante P. Pascucci et al.

 *LA CIENCIA QUE SE DESEA*                                                                             David Díaz Miranda, Marisela Olarte, ...