Mis libros en digital. Eliu Cardozo


lunes, 7 de marzo de 2022

Los universitarios ante el conflicto que se vive en Ucrania.

 *LOS UNIVERSITARIOS ANTE EL CONFLICTO QUE SE VIVE EN UCRANIA*

En vista de los acontecimientos bélicos que se están desarrollando en Ucrania, luego de la invasión militar de Rusia, los universitarios expresamos nuestro rechazo a la guerra y abogamos por la resolución pacífica de dicho conflicto.

¡NO A LA GUERRA, SÍ A LA PAZ! para nada es un eslogan, tampoco es una consigna. Dicho por millones de personas en el mundo se convierte en un derecho, en un sentimiento y en una expresión de la conciencia humana. De allí que los universitarios, todos los que formamos parte de la comunidad académica venezolana, manifestamos compartir los postulados constitucionales vigentes según los cuales el propósito de nuestro país es el de establecer una sociedad democrática mediante un “Estado de justicia que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones”; que garantice “el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna”. Compartimos los principios de cooperación pacífica entre los pueblos del mundo, somos partidarios de los procesos de integración latinoamericana conforme con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos con la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad toda. 

El espíritu universitario tiene una identificación fundamental con lo expuesto, la esencia espiritual de los universitarios, reunidos en comunidad, tiene como norte  la “búsqueda de la verdad y el afianzamiento de los valores trascendentales del hombre”. Este es el deber ser de los universitarios, sabiamente establecido en la ley y que, como parte de nuestro apostolado educativo, respetamos y ponemos en práctica.

Contestes con lo expresado anteriormente afirmamos que la guerra es un lastre que ha martirizado a la humanidad a lo largo de la historia. La guerra burla, pisotea y conculca el derecho humano a la paz, así como tantos otros derechos esenciales de la persona humana De allí que el 10 de diciembre de 1948, habiendo transcurrido tres años luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos; este histórico acontecimiento ocurrió en el Palacio Chaillot, así llamado porque se encuentra ubicado en la colina de Chaillot, en el distrito XVI, en la plaza del Trocadero, París, Francia. Cincuenta y seis Estados integrantes de la recién creada ONU (24 de octubre de 1945), se reunieron en dicho lugar, cuarenta y ocho países votaron a favor, ocho se abstuvieron y no hubo votos en contra.

Finalizada la Primera Guerra Mundial (1914-1918), a instancias del Tratado de Versalles,  el 28 de junio de 1919 se creó la Sociedad de Naciones (SDN) con el propósito  de reorganizar Europa, preservar la paz y evitar que se repitiesen los horrores de la guerra recién finalizada. Los objetivos de esta organización, tales como la seguridad colectiva, el desarme y el arbitraje como método para enfrentar los conflictos, no se pudieron cumplir del todo, diversas razones llevaron al fracaso de la Sociedad de Naciones. Ese fracaso estuvo acompañado de un debilitamiento y una pérdida de confianza en los sistemas democráticos liberales más la creciente prédica nacionalista alentada por el fascismo y el nazismo que, como ideología en progreso, irrumpía en el escenario político de la época; su predicamento totalitario se abría paso como antítesis de la democracia.

Hoy día se vive una compleja situación en la que diversos intereses alientan conflictos sangrientos en diversos lugares del planeta, por tal motivo el mundo académico debe condenar toda forma de agresión contra los pueblos, el uso de la violencia y el recurso de la guerra son inaceptables para la solución de los antagonismos. El mundo universitario, tal y como es su deber, existe para el progreso de la humanidad, para la defensa de la dignidad y para enaltecer los valores trascendentes de la sociedad representados en la esencia de la Declaración de los Derechos Humanos

De la misma citamos las primeras líneas de su Preámbulo, en el cual se indica lo siguiente:

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias.

Quienes formamos parte del mundo universitario, todos sin excepción, como deber ético tenemos que enaltecer el gran principio de educar en valores. Estos valores están íntimamente relacionados con la conciencia fundamental de cooperar en la enaltecedora labor de construir un mundo de fraternidad, justo, respetuoso de la vida, capaz de convivir en concordia (con-cordis: juntos con el corazón).

Es nuestro deber enaltecer el predicamento de tantos seres trascendentes. No olvidemos que Ghandi nos recordaba que de los siete pecados sociales, existen dos que son igualmente nocivos: "CONOCIMIENTO SIN CARÁCTER" y "CIENCIA SIN HUMANIDAD". 

El saber, la educación, el pensamiento excelso, encuentran su razón de ser en la historia para grandeza de los humanos, y las Universidades son casas que vencen las sombras si condenan la agresión, las tiranías, si enfrentan al poder abusivo e irracional como en su tiempo,  un 12 de octubre de 1936, el gran Don Miguel de Unamuno,  en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, enfrentó al general Millán Astray diciéndole con gran coraje:

 "Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho”.

A la tristemente célebre expresión del General Millán Astray “¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!”, necrofílicas palabras que equivalen a decir ¡Muera la vida!, manifestamos que condenamos la violencia, repudiamos la guerra en cualquier lugar del mundo, denunciamos los autoritarismos, pues la falta de grandeza espiritual que los caracteriza no deja lugar a la hermandad entre humanos, no deja lugar a la alteridad, al amor al prójimo.

Ante el drama que viven los pueblos del mundo asediados por las guerras, ante los lamentables acontecimientos violentos que vive el pueblo de Ucrania, nos pronunciamos con la lealtad que inspira el canto clamoroso del himno de Nuestra Universidad de Los Andes, cantamos “Con la vibrante estrofa de empuje y libertad”.

Nos pronunciamos con convicción y con apego a lo prescrito en el artículo cuarto de la Ley de Universidades vigente, el cual establece que “La enseñanza universitaria se inspirará en un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, y estará abierta a todas las corrientes del pensamiento universal, las cuales se expondrán y analizarán de manera rigurosamente científica”. Como comunidad de intereses espirituales es lo que hacemos y no renunciaremos al cumplimiento de esa misión.

Siempre rechazaremos la guerra e invocaremos la paz.

Prof. Pino Pascucci.

Suscriben: 

Prof. Mario Alejandro Rico Montilla.

Prof. Jorge Bastidas Canelones.

Prof. Pedro J Fernández R.

Prof. Msc. Luis Oviedo

Prof. Eldiver Saavedra

Prof. Eliú Cardozo Sáez 

Prof. Pedro Velásquez

Prof. Henry Marquina 

*UNIVERSIDAD DE LOS ANDES. MÉRIDA, VENEZUELA.*

La Ciencia que se desea. Dante P. Pascucci et al.

 *LA CIENCIA QUE SE DESEA*                                                                             David Díaz Miranda, Marisela Olarte, ...