A menudo se lee y escucha frases tales como “el gobierno no bajó o entrego los recursos necesarios para la institución......”. “determinados actores o personas del gobierno, desviaron o se robaron miles de millones de dolares en tal o cual programa que iba destinado para resolver una determinada problemática en una área específica (alimentos, servicios básicos o bienes y servicios)” y así sucesivamente se leen discursos que se dedican a presentar un panorama nada halagador.
Ahora lo llamativo de todo esto, sin animo de desconocer sus justos derechos a denunciar, disentir o reclamar sobre estos asuntos, es que por lo general estos discursos o mensajes elaborados por quienes han asumido altas responsabilidades en la conducción de alguna institución no terminan en hacer planteamientos concretos que vayan al fondo de la solución del problema, al menos parcialmente o que se puedan activar actividades alternativas ante las negativas de recibir los benditos presupuestos que por ley le corresponden. Entonces pareciera que es más fácil echarle la culpa al ente que no hace entrega de los recursos, no apoya, ect, ect. A lo cual nos preguntamos:
¿Que estas haciendo para resolver el problema?
Es una suerte de encadenamiento Kantiano de que si no me dan lo que tengo que recibir por ley, entonces tampoco estoy obligado a hacer por ley lo que me corresponde hacer como directivo de alguna institución del Estado.
Pasaré de manera muy sucinta a relatar tres episodios donde me correspondió gerenciar alguna vez una institución. El primer caso era un preescolar en Maracay, allí no tenía ningún presupuesto asignado, solo dependía de las cuotas de los padres y representantes, pero tenía la obligación de darle alimento al personal que estaba bajo mi responsabilidad. ¿Cual fue el milagro que se hizo para garantizar el alimento a las maestras, personal administrativo y de apoyo? Solución: Aplicar la gerencia de calidad total e involucrar a todo el personal en mejoramiento continuo en todos los procesos, incluyendo el menú diario y las actividades de apoyo al preescolar. Lo otro fue cambiar de proveedor e irnos al mercado de mayorista para comprar directamente y así abaratar los costos. Al cabo de seis meses los resultados estaban a la vista, el personal estaba contento y la comida alcanzaba para todos. Los dos restantes casos los resumiré, para no hacer larga estas reflexiones, de la siguiente manera.
2do. Caso: Oficina Regional de Tierras del Estado
Aragua, gran cantidad de expedientes acumulados sin respuestas y por
consiguiente retrasos en la entrega de las Cartas Agrarias. Solución:
Se organizaron operativos intensivos con todo el personal (Ingenieros y técnicos), incluyendo
los fines de semana y al cabo de un año se había resuelto el
problema para todo un grupo de trabajadores del campo.
3ero y último caso una Alcaldía del Estado Guárico, allí la situación era mucho mas compleja por la diversidad de problemas presentes en toda una población y que venían de años. Falta de atención en distintas comunidades de diversa índole (asistencia médica, vialidad, agua, entre otras). Solución: Se organizaron gran cantidad de operativos denominados “Cayapas socialistas” (usted aquí le puede cambiar y colocar el nombre que mejor le parezca) donde se atendía de manera integral distintos asuntos y no solo era tomar nota para buscar solución, era que nos llevábamos e involucrábamos a todo el personal, maquinarias, camiones, picos, escardillas y palas para limpiar algunos sectores que estaban realmente descuidados (de todo esto se tiene hemeroteca y memoria histórica).
Con esto lo que se pretende decir en pocas palabras es que el factor fundamental para que cualquier institución funcione, mas allá de la ideología, de la propaganda o cualquier tipo de lema que emplee es su gente, siendo un elemento clave y responsable de que esa maquinaria se eche a andar el gerente, el cuerpo directivo y lo demás vendrá por añadidura.
Pasar del discurso, de la crítica fundamentada a la acción, es sumamente importante en estos tiempos de crisis y decadencia en todos los aspectos de la vida nacional. Para que una acción sea efectiva por supuesto hay que efectuar una evaluación previa de lo que tenemos (el diagnóstico), pero lo mas importante es valorar con quienes contamos para emprender la ruta que nos tiene que llevar a encontrar respuestas justas y necesarias.
Estamos en un tiempo donde se tienen que unir todas las voluntades y espíritus para lograr los objetivos que cada institución dentro de sus competencias tiene que prestar, según sus leyes y reglamentos internos de funcionamiento, si esas leyes o reglamentos no funcionan o están desfasadas eso no puede y no tiene que ser excusa para no hacer nada, porque de lo que se trata es de dar respuesta a un colectivo, sean estudiantes, una población o una determinada área o servicio en particular.
Una actitud pro activa no puede estar condicionada a depender de algún tipo de signo ideológico, los derechos humanos fundamentales y la atención a la sociedad en general en sus justas reivindicaciones muchos menos. Se trata de asumir una actitud solidaria de compromiso, de servicio y respeto hacia el prójimo, procurando por todos los medios necesarios y al alcance de hacer el bien común. La clave en todo esta trama está en emplear la palabra: TODOS.
Esperamos que estas reflexiones lleguen en primer lugar a las personas que tienen responsabilidades de dirección en la función pública y luego a la sociedad en sus diferentes formas organizativas.
¡ Que Dios, El Eterno, los ilumine!. Amén.
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