Mis libros en digital. Eliu Cardozo


domingo, 8 de julio de 2018

Relatos de la Venezuela profunda desde la mirada de un académico chileno. Juan Jorge Faundes.

En ruta latinoamericana de retorno a Chile... hace algunas horas dejé Venezuela... Como dice alguna canción, con el corazón partido y empalmando otra, con la espalda mojada.

Con el cansancio burgués de tres horas de fila a 35 grados de un sol que grava a fuego la despedida, dejé Venezuela junto a miles de nuevos migrantes que buscarán sueños en Colombia, Ecuador, Perú y Chile...
En Ureña, por tierra, para pasar a Cúcuta, no son en general los conocidos profesionales venezolanos que de la mano de sus nutridos estudios buscan nuevos horizontes. Aquí y desde hace un tiempo, se trata, se suman, mujeres con sus guaguas, familias completas, trabajadores sin trabajo, estudiantes con sueños...

Yo no soy CNN ni tengo agenda, tengo espalda latinoamericana, y la he sudado por un rato, viajé en taxi durante una agradable madrugada... Muchos de mis compañeros y compañeras de cola, con los que la conversación fluye en una complicidad migrante que comparto -con pudor desde mi comodidad desacomodada por algunas horas-, han cruzado Venezuela 24, 48 horas y más en buseta (nuestras micro son elegantes si las comparamos), han pasado una tras otra alcabana (control policial, con revisión de maletas y todo), 20 dice una señora con amargura, han pasado dos días para comprar un pasaje que los lleve a Perú o Chile y les quedan días de viaje aún...

Es una escuela popular sobre documentación migratoria, sobre visas de trabajo, sobre el valor de la moneda y el cambio -en efectivo y por transferencia, con diferencias de 5 a 1)...
Logré pasar, algo colorado y bien sudado, espero mi avión a Bogotá y luego a Temuco...

De ellos, no veo ninguno en el Aeropuerto... seguro ya pasaron "el sellado" (el timbraje de pasaporte), pero llegan más y se van más, la cola come gente y la convierte en migrante.
Ya escribiré largo... actores, causas históricas, contingentes, de los "enchufados", aquellos nuevos ricos cuervos de la crisis, del bachaqueo (contrabando), la gran industria del mercado salvaje...

Pero desde ya puedo decir que no vi hambre... no digo que no lo haya...
Vi supervivencia, vi estrategias colectivas y solidaridad... Vi risas pese a todo, reunión en la mesa familiar con alegría de lo que haya... frecuentemente algo faltó, no se encontró o estaba muy caro (millones)... Pero se disfruta lo que se tiene y si se corta la luz se sigue, en una normalidad incómoda, pero asumida, hasta que vuelva...

Vi frustración de la Patria en crisis y pena de la holgura pasada. Vi corazones partidos por los hijos y esposos que se fueron, para mandar remesas en dólares que su plan los sueldos de indignidad...

Dedico estás palabras a los que se quedan, que no se van, pase lo que pase, que están pensando en qué hacer, en no comprar favores ni privilegios, en salir adelante desde dentro: a mi hermano Vladimir, al gran Eliu y su visión de la nueva Venezuela desde abajo, a Nelson y su honestidad de granito, Freddy el taxista, Carlos el sabio Uwottuja, la gran Mirlene del Pueblo Bare, a Luisito y Guillermo, vidas entregadas al servicio de los demás y amor por Amazonas; a Linares el chofer y carnicero que nos dio Cátedra sobre interculturalidad, derecho indígena y amor a la Patria como casa común y solidaria... y podría seguir... Pero se va mi avión... a Freddy Menares el Uwottuja que solo conocí en el amor y memoria presente de sus amigos, que lo dio todo y cayó en garras de sicarios...

Y Ellos,... los de la cola migrante, seguirán su ruta, caminando, en micro y en bus, sudando rabia y comiendo esperanzas de espalda mojada...
....ahora entiendo el significado de ser sudaca...

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